AUTOEVALUACIÓN
Empezaremos diciendo que la
autoevaluación es una decisión. Es una decisión que nos permite asumir la
responsabilidad de aquello que vamos a evaluar: nuestras propias vidas, nuestro
propio matrimonio, nuestra propia familia, nuestro trabajo, nuestra propia
institución, nuestras finanzas, todo, absolutamente todo en esta vida puede ser
un motivo de autoevaluación y por lo tanto, un motivo de reflexión para
identificar cómo estamos en relación a cómo es que queremos estar.
Muchas personas no deciden
autoevaluarse porque consideran es un trabajo fuerte, que es algo tedioso, que
es algo difícil, algo que no se debe hacer porque muchas veces hemos estado
acostumbrados solamente a ser evaluados por gente de afuera, por nuestros
padres, por nuestros maestros, por el gobierno y también tenemos la tendencia
de evaluar a otras personas, evaluar a los políticos, evaluar a las
autoridades, evaluar a las personas con las que vivimos. Queremos que todo el
mundo cambie; pero no nos damos cuenta que lo más importante es que nosotros
empecemos el cambio con nosotros mismos en nuestras propias vidas para poder
tener una transformación y un cambio en aquello que consideramos lo más
importante: nuestras propias vidas.
Es más fácil quejarse, es más fácil
juzgar a los demás, pero no ver cómo es que estamos nosotros, como dice la
palabra: vemos la paja en el ojo ajeno; pero no vemos la viga que está en
nuestro ojo. Obviamente, nos gustaría tener un mundo mejor, un ambiente mejor,
un ecosistema mejor, un país donde la política sea correcta, donde las
autoridades tomen buenas decisiones, donde los padres de familia sean padres correctos
para con sus hijos, donde los hijos cumplan bien sus roles, donde los maestros
sean buenos maestros y enseñen bien a sus estudiantes, donde cada persona
cumpla bien con su responsabilidad, y todo eso es bueno y es necesario. ¿Pero
dónde empieza todo? en nosotros mismos. Todo debe empezar en la decisión de
cada persona de asumir su propia responsabilidad y más allá de querer cambiar a
los demás, debemos buscar cambiar nosotros mismos.
Tenemos la oportunidad de ser la
persona que queremos ser. ¿Quién más va a vivir tu vida sino tú?, ¿Quién más va
a hacer de ti lo que tú puedes llegar a ser?, ¿Quién más puede desarrollar lo
que tú eres llamado a cumplir? Tenemos una responsabilidad que no la podemos
delegar, tenemos una responsabilidad que no la podemos simplemente tomar a la
ligera como que fuese la responsabilidad de otras personas.
Hoy quiero desafiarte, hoy quiero
exhortarte y quiero animarte a que puedas asumir la responsabilidad de
autoevaluar tu propia vida. Empieza evaluando las diferentes áreas que
consideres importantes, en lo cual necesitas desarrollarte. Si no te sientes
feliz, si no te sientes realizado, si no te sientes como la persona que
quisiera ser; pero más allá de un sentimiento, si realmente hay algo que está
mal dentro de lo que es tu desarrollo personal, dentro de lo que es tu vida
misma. Entonces empieza ahora, empieza ahora a ser el hombre o la mujer que
eres llamado a ser y después podrás desarrollar, administrar y tener todo
aquello que algún día quizás hayas soñado; pero que todavía no te has atrevido
a ser.
Entonces, ¿Cómo definimos la
autoevaluación?
La definiríamos como una decisión
personal de poder identificar cómo estoy en relación a cómo quiero estar. Es un
diagnóstico de mi realidad actual para poder determinar algunas acciones
estratégicas para poder llegar hacia mis objetivos y metas deseados. Es un
perfil real para poderlo contrastar con el perfil ideal, y al identificar las
diferencias entre mi realidad actual y la que deseo en un futuro, poder
establecer objetivos y metas que me permitan alcanzar una visión y propósito
definido.
Es importante resaltar que la
autoevaluación debe realizarse en función hacia un ideal o propósito, pues si
simplemente me comparo con lo que alguien pueda ser, entonces no estoy siendo
auténtico, o si uso un instrumento que alguien ya elaboró, tampoco estoy siendo
auténtico en mi propia visión, identidad y propósito.